Los pacientes con taponamiento cardiaco se encuentran en shock cardiogénico por causa mecánica (shock patrón obstructivo). La intervención anestésica debe procurar la mejor hemodinamia posible hasta la descompresión pericárdica. La mayoría de estos pacientes van a recibir anestesia general.
Las consideraciones anestésicas que vamos a revisar son: fármacos inductores, ventilación mecánica y manejo de fluidos.
Fármacos inductores
La inducción de secuencia rápida es la inducción adecuada, debido a la posibilidad de estomago lleno y la necesidad de tener control rápido de vía aérea para el inicio de cirugía.
Usualmente se usan menores dosis, por las características farmacodinamicas y farmacocineticas del shock.
Agentes de elección etomidato y ketamina.
- Etomidato: lleva a una menor producción de cortisol por 24 a 48 horas aún con una dosis única (insuficiencia adrenal)
- Ketamina: in vitro inotrópico negativo, in vivo simpaticomimetico, aumenta la presión arterial, la frecuencia cardíaca y el gasto cardíaco, manteniendo activas las respuestas barorreflejas.
Ventilación
La ventilación con presión positiva, aumenta la presión dentro del tórax lo que produce una disminución del retorno venoso, deteriorando el llenado cardíaco lo que puede generar una caída repentina de la presión arterial, comprometiendo aún más al paciente.
El manejo ventilatorio debe estar orientado a generar la menor presión intratorácica y en los casos donde sea posible se recomienda la ventilación espontánea (cuando no se apertura el tórax).
Cuando se usa presión positiva, se recomienda usar la menor cantidad de presión positiva (volumen tidal bajo, frecuencia respiratoria alta y PEEP bajo).
Manejo de Fluidos
La expansión de volumen intravascular, con el objetivo de aumentar la presión arterial y el gasto cardíaco, es una medida terapéutica de urgencia muy utilizada en pacientes hemodinámicamente inestables.
No debe hacerse en forma indiscriminada. Un parámetro simple es buscar una presión arterial sistólica cercana a 100 mmHg.